Una vez se inicia la relación terapéutica, se establece con la persona una interacción de apoyo, confianza y solidez, en donde es fundamental el trabajo de colaboración mutuo, esto con lleva al inicio de la evaluación de la situación y seguidamente a la realización del análisis funcional, ya iniciándose la terapia.
A lo largo de la terapia se incorporan elementos, dirigidos a la toma de perspectiva y al fortalecimiento del yo como contexto, propiciando que la persona aprenda a elegir haciéndose responsable de lo que traen dichas elecciones y se prepara la construcción de una vida plena para la persona, que es el objetivo último de la terapia.